Causas del mal aliento
El mal aliento puede deberse a muchas razones diferentes y es un problema que se remite con frecuencia a los dentistas. Estas razones pueden ser las siguientes:
Causas intraorales: Los dientes cariados, la gingivitis, los empastes viejos, los tratamientos protésicos incompatibles, las muelas del juicio medio retenidas y un cuidado bucal inadecuado son causas frecuentes del mal aliento. La gingivitis y el consiguiente sangrado de las encías suelen ser la causa principal del mal aliento.
Causas sistémicas: La diabetes, la sequedad de boca debida a una menor secreción de saliva, el reflujo, la respiración bucal debida a la congestión nasal, el tabaquismo, las infecciones sinusales y pulmonares, el hambre y la sed prolongadas también pueden provocar mal aliento.
Para tratar correctamente el mal aliento, deben investigarse detalladamente las causas intraorales y sistémicas.
¿Cómo debe ser el tratamiento del mal olor bucal?
Examen odontológico: La primera fase del tratamiento debe comenzar en el dentista. Deben restaurarse las caries, los empastes antiguos y los tratamientos de conductos en la boca. Hay que eliminar el sarro y tratar las infecciones de las encías. Además, deben organizarse las zonas de las prótesis fijas y removibles en las que puedan quedar restos de comida.
Educación en higiene bucodental: Tras el tratamiento dental, las personas deben recibir formación sobre higiene bucal y se les debe animar a que presten atención a la limpieza de la lengua.
Controles rutinarios: Una vez finalizados los tratamientos intraorales, debe realizarse un seguimiento del mal aliento con controles periódicos. Si la queja persiste cuando se han eliminado todos los factores causantes del olor, el paciente debe ser remitido a los servicios de otorrinolaringología y gastroenterología para la detección y el tratamiento de enfermedades sistémicas.
El éxito del tratamiento del mal aliento es importante tanto para mantener la salud bucodental como para proporcionar bienestar social y psicológico.
